Cuando acabe la magistratura pensé que enseguida tendría plaza en un colegio para impartir clases a los más pequeños, a los de primaria, a chavales con cinco o seis años. Me encanta la docencia, nací para enseñar, crecí sabiendo que lo que quería hacer con mi vida era ser profesora, y en mi edad adulta he resultado una profesora muy competente. La verdad es que todavía no he ejercido de manera regular, me he dedicado a hacer suplencias de profesoras embarazadas o enfermas y he trabajado días sueltos en clases en las que los profesores han tenido que salir a realizar alguna gestión.
Y así sigo, sin encontrar un centro en el que me den una plaza, espero que cuando se vayan jubilando algunos profesores mayores me tengan en cuenta para ocupar su plaza. Hasta que eso ocurra doy clases particulares a chavales por las tardes, las imparto en casa, en una habitación en la que he colocado una pizarra blanca y unas sillas alrededor de una mesa cuadrada. Gracias a la papeleria on line he podido comprar materiales para que los chicos tengan todo lo que necesiten y de hecho tengo bastantes alumnos, cuatro los lunes y los miércoles, seis los jueves y otros seis los martes y miércoles, con este trabajo sobrevivo y con lo poco que gano en las suplencias puedo salir adelante pero no me da para estar así mucho tiempo.
Necesito un trabajo ya, no me puedo dormir en los laureles como se suele decir, de esta manera me voy quedando atrás en cuanto al ritmo académico y eso es algo que debo de evitar a toda costa, debo de estar siempre al día y saber los métodos actuales.
Tengo grandes amistades entre los profesores de distintos centros y me consta que muchos de ellos me tienen en cuenta para recomendarme su llega la ocasión así que solo me queda esperar y rezar para que me llamen pronto para impartir clase en uno de los colegios de mi zona, si no lo consigo antes de que acabe el año, tendré que plantearme el salir de casa para poder trabajar en cualquier otro sitio, no quisiera salir de España, primero probaré en ciudades de este país a ver si tengo suerte, sino, tendré que emigrar en contra de mi voluntad, solo me queda esperar y ver como transcurren los días, espero tener buena suerte.