¿Internet es un invento dañino? No, lejísimos de eso, solo que, como sucede con la mayoría de las invenciones humanas, se puede usar tanto para hacer el bien como para hacer el mal. (Antes de continuar, si querés info sobre proveedores de internet, te remitimos a este sitio).
Ahora bien, ¿alguna vez buscaste información sobre alguna cuestión relacionada con la salud? Posiblemente incluso hayas seguido consejos de salud leídos en internet. ¿Hiciste lo correcto…?
El sitio de internet que utilices es fundamental
Día a día crece el número de personas que hace búsquedas en internet relacionadas con problemas de salud. Se trata de una práctica cada vez más generalizada, incluso a veces en lugar de la aconsejable visita al médico.
De este modo, llegamos al primer punto clave de este post: buscar información en internet no es malo; hacerlo en lugar de visitar al médico sí lo es.
A esto se le suma el hecho de que existen blogs de pésima calidad, que, en lugar de informar, desinforman. ¿Conocés cuánto sabe de medicina la persona encargada de moderar cada blog que has leído?
Si querés usar a Doctor Google, hacelo en sitios de calidad como eCurae, un blog escrito por profesionales sanitarios y fácil de entender, para que puedas obtener información real y de calidad sobre salud.
Sin embargo, buceando por internet podés caer en muchas otras webs en las que encontrarás información escrita por gente sin formación en la materia y que habla sin ser consciente del daño que puede ocasionar. Por lo demás, tené presente, siempre, que los mismos doctores recurren a otros doctores.
Y esto sin tener en cuenta la cantidad de sanadores, de curanderos y demás terapeutas alternativos que proponen milagros con terapias sin ninguna base científica y que nunca han podido demostrar su efectividad.
Cuándo buscar información sobre salud en internet
Hay muchísimos casos en los que necesitás buscar información sobre salud en internet. Por ejemplo, imaginemos que acabás de salir de una consulta médica y tu doctor te ha diagnosticado una pequeña enfermedad. En ese caso, puede ser muy útil que busques información extra.
Otro caso, por ejemplo, tenés que someterte a una operación estética opcional. Podés buscar testimonios de otras personas que hayan atravesado la misma intervención quirúrgica para tener una idea de cómo la han experimentado.
También lo es cuando escuchás alguna enfermedad sobre la que no sabías nada y querés enterarte de qué se trata. Esto a mí me ha pasado incontables veces mientras leía literatura.
Ahora bien, bajo ningún aspecto es aconsejable que te conformes con información de la web si realmente necesitás ir al médico.
Ningún sitio web, por más bueno y serio que sea, puede sustituir a una visita médica (de hecho, todos los sitios buenos y serios, justamente, hacen esta aclaración). Solo tu doctor es quien ha estudiado para poder diagnosticarte y proponerte un tratamiento.
Criterios para saber si una web de salud es buena o no
Con todo lo que hemos dicho, esperamos que haya quedado en claro que el tipo de web en el que entremos es fundamental a la hora de obtener información de internet (esto se aplica tanto a cuestiones de salud como cualquier otra).
Sin embargo, cómo podemos determinar que una web es buena o mala si no somos expertos en el tema…
En primer lugar, hay una condición imprescindible, sin la cual debés huir automáticamente de cualquier sitio: si no está escrita por profesionales, no es una web fiable. Ninguna otra persona, por muy bien que escriba o por muchos títulos alternativos que diga tener, puede ofrecerte lo que un buen médico te da.
Internet solo debe actuar como medio entre los profesionales de la medicina y vos. Por lo tanto, usá como criterio indispensable para saber si una web sobre salud es buena o no el hecho de que esté escrita por médicos, cirujanos o enfermeros.
Y en segundo lugar, podés fijarte en otros factores añadidos como el diseño web, la profesionalidad, la cantidad de contenido publicado, si se trata de una web colaborativa o no, qué comentarios hay, si tiene mucha publicidad, etc. Todo esto te puede servir como ayuda, pero siempre teniendo en cuenta el criterio de quién la escribe.
Con toda esta información podemos llegar a la conclusión de que buscar información en internet es algo positivo si se hace en los sitios adecuados. Es responsabilidad de los blogs de salud ofrecer esa información de calidad que nunca te haga llegar a consideraciones que no son ciertas.
Hipocondríacos digitales
Mi mamá ya es una señora mayor que, no obstante, sabe usar internet muy bien. El problema que tiene es que, de acuerdo con sus búsquedas, yo, por ejemplo, ya debería haber muerto alrededor de siete veces a causa de enfermedades mortales.
Ahora bien, cinismo a un lado, sucede que permanentemente, sin ser médica o profesional de la salud, se encuentra buscando información sobre enfermedades. Y me consta que, como ella, existe innumerable cantidad de personas.
Ese hecho ha dado lugar a la aparición de un nuevo concepto, la hipocondría digital o cibercondría. Se trata de una palabra de reciente aparición que, a pesar de no aparecer en los manuales diagnósticos psicológicos, sirve para designar un estilo de comportamiento que resulta muy perjudicial tanto para las personas que la experimentan como para la comunidad sanitaria.
Este neologismo alude a los conceptos de lo cibernético y la hipocondría, que es un desorden mental por el que la persona cree de manera infundada que tiene una o más enfermedades a partir de evidencias muy débiles, ambiguas o totalmente imaginarias.
A muchas personas, por ejemplo, les parece descabellado que alguien sea capaz de pensar que tiene la enfermedad del Parkinson por haber derramado el agua de un vaso que sostiene en la mano en tres ocasiones (mi mamá lo ha hecho), pero puede parecer menos estrambótico si introducimos en esta ecuación el factor internet.
¿Conocés a alguien con hipocondría digital o cibercondría? ¡Contanos!